Sam Savage - "Firmin" (Seix Barral)

Tengo que decir que ésta ha sido una de ésas veces en que tienes una enorme curiosidad por un libro del que solo has oído decir maravillas y tras leerlo no estás más que decepcionada. Las críticas que había leído y el revuelo levantado con su publicación el año pasado en España (ya ha sobrepasado la séptima edición) me decían que era uno de esos pequeños grandes libritos que tanto me gustan, un homenaje a la lectura, un protagonista tierno y entrañable… Bueno, para mí Firmin, del peculiar escritor estadounidense Sam Savage, tiene sus momentos (“… comprar en Pembroke era como leer: nunca sabe uno con qué va a encontrarse en la página siguiente, y eso constituía una parte importante del placer”) pero nunca me acaba de encandilar Firmin, el ratón casi humano con inmensa curiosidad intelectual y fan de Dostoievski y Proust.

Todo el libro es una pura anécdota. La falta de pretensiones no tiene nada de malo siempre y cuando el lector conecte con el punto de vista del narrador porque ahí reside la única gracia de este tipo de libros. A mí básicamente me ha dado igual lo que le pasara al ratoncillo protagonista, a la vieja librería de Boston donde se inicia el relato o a su amigo Jerry, un escritor maldito de ciencia-ficción con el que vive casi en la indigencia. Los puntos más álgidos de la historia es cuando Firmin da sus opiniones sobre autores consagrados y se refiere al canon literario o cuando se plantea cuestiones metafísicas: “Me preguntaba: ‘¿Será posible que, a pesar de mi dudoso aspecto, yo tenga un Destino?’ Y con eso me refería a la clase de cosa que la gente tiene en los relatos, donde los hechos de la vida, por agitados y revueltos que discurran, al final se resuelven en una especie de pauta. Las vidas, en los relatos, tienen sentido y dirección. Incluso vidas totalmente desprovistas de sentido, como la de Lenny en ‘De ratones y hombres’, llegan a adquirir, por su lugar en el relato, al menos la dignidad y el significado de ser unas Vidas Estúpidas y Desprovistas de Sentido, el consuelo de ser un ejemplo de algo. En la vida real, ni eso consigue uno”. Más allá de eso, poca cosa.

3 comentarios:

    Coincido contigo en que es un libro del que se escuchan tantas alabanzas que es dificil no preguntarse después de su lectura cuál era su justificación. A pesar de ello es una lectura amena con un fondo literario que tanto nos gusta a los que amamos los libros. Y eso es todo.

    Un saludo.

    On 20 de enero de 2009, 18:33 Anónimo dijo...

    He oído multitud y diversas opiniones en la librería sobre Firmín, en general me ha parecido que los lectores sin grandes pretensiones disfrutan con su lectura y que aquellos que buscan algo más les ha dejado un poco fríos... Yo he sido del último grupo, pero creo que es una lectura amable que puede gustar a muchos por su sencillez...

    Coincido con la decepción. En su día comenté algo parecido. Es una pena porque empieza bien, pero se agota enseguida. Y a medida que lo he digerido, me ha resultado más pesado y amargo.

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