Alex Robinson - "Malas Ventas" (Astiberri)

Malas Ventas me llamó la atención por primera vez por su volumen. Acostumbrado a la sensación de brevedad de los cómics de cincuenta y pico páginas, que apenas duran lo que cuesta llegar a casa en transporte público tras hacerse con ellos, ver semejante tocho -608 páginas- en las estanterías garantizaba al menos una lectura más larga. Una vez vistas por encima las opiniones en general favorables, lo segundo que me chocó de él, fue su mal dibujo. Tan solo transcurridas unas páginas (mejora ligeramente a medida que avanza la obra), uno se daba cuenta de que la habilidad de su autor con los rotuladores como mucho igualaba la del mejor dibujante amateur de tu clase en secundaria, pero poco más. No obstante, Alex Robinson se guardaba, para hacer de Malas Ventas una gran obra, la baza fundamental: contaba con un excelente relato.

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Y es que superado un inicio dubitativo, quizás intencionadamente tibio, pues al fin y al cabo transmite la sensación de veracidad de las his
torias cotidianas, Robinson traza un retrato del difícil paso entre la más despreocupada juventud y las responsabilidades que conlleva la "madurez". Para ello el autor se sirve de una decena escasa de personajes (ninguno de ellos un vulgar estereótipo) que giran alrededor de un piso que comparten tres de ellos, a los veremos vivir sus primeras experiencias serias de pareja, pelear -o no hacerlo- por alcanzar sus sueños, realizar trabajos basura o simplemente disfrutar de posiciones más acomodadas. Las tramas protagonizadas por dos de ellos, los amigos Sherman Davies -escritor frustrado que trabaja como dependiente en una librería- y Ed Velasquez -dibujante de cómics en busca de su primer contrato-, servirán de ejes principales de la obra, aunque junto a sus historias, los detalles de las vidas de los personajes que los rodean, sirven al autor para completar un retrato contemporáneo, muy detallado y completo, de un momento vital por el que pasan todas las genraciones. Además, aunque la obra contenga numerosos detalles que la sitúen en un momento temporal concreto -principios de los noventa-, el principal logro del cómic de Robinson es haber obtenido una obra universal, plagada de situaciones con las que podrá identificarse cualquier joven occidental de clase trabajadora. Narrativamente poderosa y con un dibujo que va ganando en calidad y recursos a medida que avanza la historia (su autor trabajó en ella durante años), Malas Ventas trasciende la mera historieta para convertirse en uno de los retratos más certeros de la sociedad actual a través de unos jóvenes en transición hacia un futuro incierto. Como la vida misma.

1 comentarios:

    On 29 de septiembre de 2008, 22:19 Anónimo dijo...

    Malas ventas de Alex Robinson fue el culpable de que volviera a leer cómics en mi edad adulta tras abandonarlos un poco harta de tanta lucha de superhéroe musculoso. Me descubrió que se pueden contar grandes e inteligentes historias mediante viñetas. Cuando lo leí me recordó al espíritu de Friends, la estupenda serie de televisión.

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