Cormac McCarthy - “La Carretera” (Mondadori)

Ni recién comprada la cubierta del libro es completamente negra. Se trata de un gris muy oscuro, como el del asfalto, y con ligeras imperfecciones. Y sobre ese fondo que lo cubre todo, solo un puñado de palabras, las que forman el nombre del autor -Cormac McCarthy-, en un gris más claro; y las que titulan la obra, La carretera, en rojo. No es una portada a priori muy atractiva pero una vez que uno se zambulle en la lectura de la novela, se da cuenta de que son los únicos colores que quedan en el mundo que el autor describe en esta apocalíptica obra. Porque la historia de La Carretera se sitúa en un futuro no muy lejano, devastado por una catástrofe de dimensión planetaria, que parece no haber dejado sobre la faz de la tierra más vida que la de un reducido número de humanos, entre los que se encuentran un padre y su hijo, que no paran de viajar en pos de su supervivencia.

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Este argumento, que en principio podría asemejar la trama a la de otras populares novelas, tiene en cambio un punto que la diferencia del resto y es la ausencia total de vida, no de grupos humanos, sino de la vida vegetal y animal imprescindible para la supervivencia humana. Así, mientras obras populares como Soy Leyenda (Richard Matheson) o Apocalipsis (Stephen King), plantean la vida post catástrofe con un halo de esperanza, ésta prácticamente no se da en la árida obra de McCarthy, donde sólo existe como la única mentira que en cierto modo se premiten entre sí padre e hijo. Todo, desde la yerma narración, a la descripción sucesiva de acciones similares, e incluso la ausencia de cualquier tipo de explicación de lo sucedido, son mecanismos de los que se sirve McCarthy para hacer al lector participar, con total intensidad, del drama que viven los personajes; al tiempo que para propiciar una serie de reflexiones alrededor múltiples temas como pueden ser las consecuencias de la ambición humana, la fe, o el grado de degradación de las relaciones sociales alcanzado en la sociedad actual. Raro sería el que no encontrara un motivo para la reflexión en una obra intensa y dura, pero de lectura francamente recomendada, situada en un mundo en el que solo quedan dos colores, el gris del paisaje y el rojo, cada vez más escaso, de la sangre.

+ Cormac McCarthy en FdC: "No es país para viejos"

3 comentarios:

    On 30 de julio de 2008, 17:20 Anónimo dijo...

    Al igual que concido en tú crítica de Shutter Island ,discrepo de la de este libro...para mí es la obra más sobrevalorada del sobrevalorado Mcarthy...veremos su adaptación a la gran pantalla en que queda..

    Bueno, no coincidiremos siempre. Se trata en ambos casos de autores que no había leído con anterioridad, por lo que me he limitado a señalar lo que me han parecido sus lecturas sin entrar en lo que puedan significar dentro de su bibliografía, que como te digo, desconozco. A mí, sinceramente, esta 'La Carretera' me dejó muy impactado y me parece francamente original en su tratamiento de una situación ya visitada por otros autores. De su adaptación al cine, sinceramente, espero poco. Creo que el cine es incapaz de generar con imágenes el inmenso vacío exterior e interior que a mí me transmitió la obra.

    On 23 de septiembre de 2008, 22:49 Anónimo dijo...

    De acuerdo con tu opinión respecto de La Carretera, que para mí es excelente, pero... ¿dónde viste el halo de esperanza en Soy Leyenda de Matheson, si se caracteriza justamente por su desesperanza total? Las distintas adaptaciones cinematográficas podrán tener finales esperanzadores, pero no ciertamente la breve novela de Matheson.

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