Cormac McCarthy- “No es país para viejos” (Mondadori)

Llevaba tiempo queriendo leer algo de Cormac McCarthy. Siempre que ojeaba algún artículo sobre su último libro encontraba dos afirmaciones sugerentes: la primera, que es uno de los grandes escritores norteamericanos vivos, junto a Philip Roth o Don DeLillo, y la segunda e igualmente recurrente, que es un tipo de lo más particular, que nunca concede entrevistas y que no tiene residencia fija porque vive en una caravana sin rumbo fijo a lo largo de Estados Unidos. No sé qué parte de leyenda habrá en esto último pero lo cierto es que resultaba fascinante ya de entrada y, a pesar de mi primera impresión, no me ha defraudado lo más mínimo. Es verdad que durante las primeras páginas de No es país para viejos empecé a ponerme nerviosa con su prosa, tan seca y espartana que incluso tenía problemas para delimitar los diálogos entre los personajes, pero fue solo la dificultad inicial de quien no está acostumbrada a un estilo tan particular y es muy impaciente. Normalmente coges un libro y vas a tiro hecho, sabes a lo que vas y te mueves fácilmente en él desde las primeras líneas, pero afortunadamente aún queda espacio para abrir más la mente y dejarse embaucar por un libro como éste, áspero como el paisaje desértico en el que se desarrolla y realmente incómodo por la violencia que describe.

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No es país para viejos es un thriller digamos que crepuscular, que me recuerda más a películas como Los tres entierros de Melquíades Estrada (por poner un ejemplo de buen cine contemporáneo) que a ninguna otra novela. En él las acciones de varios personajes se van entrecruzando en una persecución sin tregua pero con un tempo anticlimático a lo largo del estado de Texas y la frontera con México, entre un sheriff derrotado a punto de la jubilación, un veterano del Vietnam que se encuentra por casualidad un botín de heroína y varios millones de dólares, un ex agente de las Fuerzas Especiales contratado por los narcos para recuperarlo y un asesino despiadado e imprevisible que no responde ante nadie. A priori este tipo de argumentos no me atraen lo más mínimo pero siempre hay excepciones.

En este caso para mí lo interesante es la manera que tiene McCarthy de narrar unas situaciones que muestran un mundo y un país en crisis y sobre todo de retratar a sus protagonistas, siempre de manera austera donde las haya pero certera y con la música de fondo de los monólogos del sheriff que a modo de respiro aportan la profundidad a la novela. En uno de ellos dice: “Las historias se transmiten y las verdades se omiten. Es cosa sabida. Y supongo que alguien podría interpretarlo como que la verdad no puede competir. Pero yo no lo creo. Opino que cuando todas las mentiras hayan sido contadas y olvidadas la verdad seguirá estando ahí. La verdad no va de un sitio a otro y no cambia de vez en cuando. No se la puede corromper como no se puede salar la sal. No puedes corromperla porque eso es lo que es. Es de lo que uno habla. He oído compararla con una roca –quizá en la Biblia- y no puedo decir que discrepe. Pero la verdad estará ahí incluso cuando la roca desaparezca. Estoy seguro de que ciertas personas discreparían de eso. Bastantes personas, de hecho. Pero nunca he podido averiguar en qué creía ninguna de ellas”.

El espacio al que nos remite No es país para viejos es el gran desierto americano, el más profundo Estados Unidos, uno de esos lugares míticos a los que me siento inevitablemente atraída a pesar de no haberlo pisado nunca. Sam Shepard, Stephen Shore, París-Texas, Clint Eastwood, Ashley Judd, The misfits, Tommy Lee Jones, John Sayles...juguetean en mi cabeza, y desde ahora mismo se une al singular grupo Cormac McCarthy, un venerable escritor cuyas palabras muestran en toda su dimensión la complejidad de un país que habitualmente es retratado con trazo gordo, desde la simpleza y los lugares comunes.

NOTA AL PIE: Es cierto que apenas hay entrevistas de Cormac McCarthy, por eso no hay que perderse ésta, la primera para televisión, que concedió en junio de 2007 a la todopoderosa Oprah Winfrey. Libro que recomienda esta mujer en la sección de su programa Oprah’s Book Club, libro que sale disparado al número uno con ventas millonarias. Eso es así. Lástima que no le saliera la entrevista de su vida. No se sabe quién está más nervioso, si McCarthy o ella.

1 comentarios:

    Un buen libro. A mí me ha llamado la atención el paisaje seco, áspero, el sol que pega fuerte, la sangre (casi siempre seca), los coches, las maquinarias que son un personaje más, las pistolas. Todo es crudo. Incluso la forma en que escribe, sin comillas, sin efectos, todo es directo.Es una novela sorprendente.
    Saludos

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