Juan José Millás - "El Mundo" (Planeta)

Cuando a uno le cae en las manos un libro galardonado con un famoso premio, es fácil que se vea tentado a contemplarlo desde una perspectiva diferente a la que se enfrenta a cualquier otro. A mí me ha sucedido con este El Mundo, obra con que Juan José Millás ganó la edición 2007 del Premio Planeta; un certamen que si no goza del prestigio y el respaldo de la crítica, sí que disfruta de una enorme popularidad. No se trataba del primer Planeta que leía (aunque los leídos no llegan a los dedos de una mano), pero sí del primero al que me enfrentaba todavía caliente, lo que me sirvió para experimentar en mis propias carnes lo que muchas veces se ha criticado de la publicidad que se da a estas novelas: que el halo de especialidad que se les infunde acaba produciendo un desencanto sobre ellas, pues lo normal es que no tengan un carácter excepcional; un desencanto que, si caen en manos de un lector no habitual, se traslada a la lectura en sí.

No iba, obviamente, ésta o alguna otra novela, a acabar con mi pasión por la lectura, pero sí es cierto que, transcurrida aproximadamente una quinta parte de El Mundo, la sensación que me estaba dejando era ciertamente fría. Imagino que la mayoría de los que leen esto lo saben, pero por si a caso diré que El Mundo es una novela de corte biográfico sobre la infancia de su autor, o como el propio Millás señalaba en su promoción, una "biografía novelada". No obstante, el inicio de la misma, construida a partir de un narrador contemporáneo -el autor- que va rescatando viejos recuerdos, que guardan la frágil conexión de estar protagonizados por un mismo sujeto -él en su infancia-, se me antojó poco atractivo, tanto por lo manido del fondo (hay infinidad de memorias/novelas de este tipo) como por lo superficial de la forma, cercana casi al reportaje interpretativo.

Sin embargo, tras ese inicio titubeante, en que parece que el autor no sabe como afrontar y justificar esta especie de confesión que es El Mundo, el Juan José Millás más conocido toma las riendas de la novela con un episodio fantástico que remite a sus obras más populares. Un momento -el de la fiesta que celebra su editor- en el que se hace protagonista de uno de esos habituales desdoblamientos de la realidad que le hará retrotraerse en su infancia y que justifica por si solo el ejercicio de memoria. Es a partir de esa toma de confianza cuando, a mi humilde entender, El Mundo crece como obra y se compacta, con un autor que hilvana uno tras otro grandes momentos (la relación de Millás niño con el padre de su amigo fallecido; su reencuentro con su amor de juventud; el desmentido de la leyenda de la memoria a raíz del encuentro con una vieja vecina) sin bajar el pulso, pese a algún altibajo, prácticamente hasta un hermoso e impactante epílogo.

Así pues, El Mundo se constituye en una curiosa obra, interesante por su forma híbrida de confesión y memorias que la distancia de otras novelas sobre la infancia y juventud más convencionales en la forma (Gràcies Per La Propina o Las Cenizas de Ángela serían dos casos); y también, por lo que de metaliterario tiene, pues en ella su autor señala algunos pasajes de su vida que supuestamente inspiraron algunas de sus obras (lo que atraerá aún más a sus lectores habituales). Sin embargo, quizás su titubeante inicio y un toque autobiográfico carente de presentación formal (sí empieza hablando de su infancia, pero de un modo un tanto tímido) no consiga hacerla conectar con aquellos que desconozcan, antes de enfrentarse a ella, la biografía y la personalidad del autor. Pero eso es algo que yo, seguidor de Millás, no he podido experimentar.

1 comentarios:

    No soy seguidora fiel de Millás...pero este libro me ha encantado...a quienes les interese el juego de ficción/no ficción, las barreras que separan lo real de lo real...no pueden perderse este libro que el autor califica de 'novela' :) Saludos,

Blogger Templates by Blog Forum