J.G. Ballard – “El mundo sumergido” (Minotauro)

El género de ciencia-ficción era una asignatura pendiente para mí. Lo sigue siendo, pero por lo menos puedo decir que he empezado con muy buen pie, gracias al consejo del crítico Jordi Costa, con el que suelo sintonizar muy a menudo y del que me fío bastante. Se habían quedado resonando en mi cabeza frases suyas, leídas o escuchadas en alguna intervención en La Ventana, como cuando contaba que para Ballard el único planeta realmente extraño era la Tierra y que el verdadero reto era la inmersión en el espacio interior. ¿Cómo no quedar fascinada por alguien que dice eso?

Con esta primera lectura me he podido hacer una idea clara del imaginario de este escritor inglés, la distopía, los escenarios desoladores y los efectos psicológicos que tanto le gusta explorar, y que de hecho le han convertido en un género en sí mismo, con adjetivo propio y entrada en el diccionario Collins. Aunque tengo que reconocer que las primeras páginas me costaron, básicamente porque no estoy acostumbrada a una prosa tan descriptiva en cuanto a espacios físicos y me costaba poner imágenes a unos paisajes tan extraños, con el mundo cubierto de agua verde pantanosa, una vegetación exagerada, demasiados insectos y reptiles, y un Sol tormentoso y violento. Pero pasado un capítulo ya estaba completamente atrapada por la historia de mundo futuro que involuciona para volver a la era paleozoica y al triásico.

Precisamente en estos meses la editorial Minotauro ha reeditado El mundo sumergido y J.G. Ballard es el protagonista de la exposición Autopsia del nuevo milenio en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona hasta el 2 de noviembre, cuyo comisario es Jordi Costa.

Seguir Leyendo...

Todos son buenos motivos para adentrarse en el mundo de Ballard, al que hasta hace poco yo solo conocía por ser el autor de Crash y el niño que inspiraba la historia de El imperio del sol, de Spielberg. Su accidentada biografía ya suscita por sí misma el interés, pero cuando lo lees y disfrutas tanto con su prosa delicada y sagaz y una visión rayos X para describir los estados de ánimo, la complejidad de la mente humana, sabes enseguida que vas a repetir. Como en este pasaje del principio de El mundo sumergido, en que empiezas a seguir los pasos del doctor Kerans: “La creciente tendencia al aislamiento y a encerrarse en ellos mismos que se manifestaba en todos los hombres del grupo le recordaba a Kerans el metabolismo disminuido y la regresión biológica de todas las formas animales cuando va a operarse en ellas una metamorfosis fundamental. Se preguntaba a veces en qué zona de tránsito estaba entrando él mismo, y pensaba que su propia regresión no era síntoma de una esquizofrenia latente, sino una cuidadosa preparación para un ambiente radicalmente nuevo, con una lógica y un mundo interior propios, donde las antiguas categorías mentales serían verdaderos impedimentos”.

A mí me gustó especialmente no saber nada del argumento de este libro, tan insospechado y fascinante, creo que con los pequeños apuntes y las citas textuales es más que suficiente para despertar la curiosidad. Merece mucho la pena.

0 comentarios:

Blogger Templates by Blog Forum